domingo, 1 de mayo de 2011

CON ELISA, AUN LLUEVE


Elisa se enamoró por primera vez a los 16 años. Puede que yo tambien.

Estabamos en el instituto. Cada mañana, a las 6, subiamos al autocar que nos llevaba al instituto. Era muy temprano y mi madre me acompañaba hasta la casa de Elisa que estaba cerca de  la parada. Nos sentabamos atrás, eramos de los últimos en subir y no había mucho sitio donde escoger. Una mañana cuando llegamos a clase Elisa me dijo:
-¿Le has visto? ¿Lo habías visto antes?
-¿A quien?
-¿Al rubio?
-¡No! ¿Qué rubio?
- El rubio que se sienta con Julian, de segundo.
- No
- Me gusta, me gusta mucho.
-¿Qué?
- Cuando hemos pasado por debajo del campo del Atleti he visto como brillaba su pelo rubio, brillaba mucho Isabel, por eso me he fijado en él. No le había visto antes. Es muy guapo. Al volver te lo enseño.

Yo estaba completamente sorprendida de no haberme fijado nunca en ese chico. No sabía de quien me hablaba.

Al volver al autocar nos sentamos atrás para poder verlo todo bien. Entonces pareció. Subió por la puerta de atrás, muy cerca de nosotras. ¡Y era realmente guapo!. Nos miro y nos sonrió. Elisa estuvo a punto de desmayarse y yo tambien, pero nos echamos a reir. ¡Elisa estaba enamorada!. ¡Por primera vez en su vida, estaba enamorada!. Ese chico se llamaba Tomy. Poco a poco conseguimos, no se muy bien como, que Elisa se sentara con él. Durante todo el curso compartieron el viaje a clase. Él la esperaba medio dormido y cuando Elisa se sentaba a su lado, se agarraba a su cintura y se dormía. Ella le acariciaba el pelo pero permanecía despierta. ¡No puedo perderme esto por dormir!

Tomy y Elisa no tenían nada que ver. Ella era buena estudiante, él no. Ella, una alumna que nunca se metía en problemas, él era el problema. Tomy era uno de los “chicos malos” del Instituto. Más que malo, rebelde y muy desobediente. Se sabía guapo y tenía a casi todas las chicas, y no eramos muchas, detrás de él. Siempre salía con la más guapa. A esa edad ser de las guapas era ser de las que estaban más desarrolladas. Elisa y yo yo no perteneciamos a ese grupo. Tomy y Elisa eran muy diferentes pero se cuidaban. Nadie se acercaba a Elisa por Tomy. Durante todo ese curso estuvieron juntos de 6 a 8 de la mañana, y de 2,30 a 3.30 de la tarde. Ella era muy feliz aunque no fuese su novia.  Sabía que el curso próximo estarían separados. Nosotros estudiariamos por la mañana y Tomy pasaría a la tarde. Quedaba un mes para las vacaciones de verano. Y encontes ocurrió. Tomy subió al utobus por la puerta de delante con una una de las chicas guapas del Instituto. No se sentó con Elisa, la miró y se sento con la otra. Elisa me miro con la sonrisa más triste que yo había visto nunca. Me levanté y me senté con ella. El autobus iba a arrancar, Tomy se levantó y vino hacia nosotros. Yo me levanté disimuladamente y me fui. Él se acercó a Elisa.
-Toma- ¡y  le dio un boligrafo!
-No lo quiero
Tomy abrió la ventanilla y lo tiró a la calle. Se sentó a su lado, le cogió la mano y se quedó callado.
-Quiero salir contigo, ¿y tú? ¿Quieres salir conmigo?
¡Lo había conseguido, Elisa lo había conseguido! ¡Y yo no sabía cómo!. Me sentía contenta por ella.  Elisa estaba muy callada. Apretaba su mano muy fuerte y le miraba. Yo pensaba que se iba a poner a llorar. Estaba radiante y guapa. Tomy le sonreía. Entonces Elisa con  gran seguridad y confianza le dijo:

-No

Tomy agarró su mano, se hundió en la butaca y miró por la ventana. Ella  se puso a llorar. No volvieron a hablar de ello nunca. Cuando llegamos a casa nos fuimos al parque porque Elisa se encontraba mal y no podía dejar de llorar. Yo estaba confundida. No entendía nada.

-¿Porqué? ¡Estas loca por él! Le dije.
-Por eso. Porque estoy loca por él. ¿Cuántos NOS serías capaz de soportar?
-¡No lo se!
-Todos los que existen.

Y la entendí, desde un lugar extraño y pequeño la entendí. Tomy ha sido el gran amor de Elisa. Un amor que vivió en el corazón, en su  alma y en su imaginación. Nunca se materializó fisicamente, por eso nadie ha podido quitarle a Tomy ese lugar especial en el corazón de Elisa.

Elisa sale del agua. Al verla venir corriendo, tiritando bajo la lluvia, me he acordado de esta historia.

-¿Te acuerdas de Tomy? Le pregunto. Seguro que le extraña que le hable de Tomy cuando su amor acaba de irse.
- Mi primer amor. Si. ¿Por qué?¿Te acuerdas de los No? Me pregunta Elisa.
- Si. Contesto.
- Ahora pienso en ello a veces. ¿Cuántos NOS serias capaz de soportar Isabel?
- Todos los que existen.

Y Elisa se rie.

-Yo he recibido muchos en estos últimos meses . Todos juntos. Diferentes pero iguales en el daño que me han causado. Todos reunidos como en una lista de la compra. ¿Sabes que explicación me dio despues de irse? ¿Cómo trató de explicar lo que había ocurrido? Con una lista de cosas que no funcionaban. Parecia que había ido guardando en una cajita, poco a poco y uno a uno, todos los NOS que él sentía. No los compartió en el momento conmigo, los fue guardando ahí para entregarmelos todos juntos. Me entregó la caja, y al abrirla todos ellos me saltaron encima. Al abrirla no pude digerir todos esos NOS de golpe. Absolutamente desconocidos y nuevos para mí.  Cada uno tenía un significado concreto, pero al recibirlos de esa manera no puede apreciarlos. Cerré la caja con todos ellos dentro y me la lleve conmigo para  despacio y en la intimidad tratar de comprender y aún estoy en ello.

No me siento enamorado de ti.
No somos iguales. Somos muy diferentes.
No queremos las mismas cosas de la vida.
No funciona nuestra relación desde hace algún tiempo.
No funciona nuestro sexo.
No me siento feliz con nuestra vida.
No encuentro lo que necesito.
No, No, No, No…

Y yo traté de preguntar, de entender, de rebatir, pero sobre todo trate de asumir todos y cada uno de ellos desde el respeto hacia los sentimientos de él. Lo único que me golpeaba duramente era no saber porque él no había compartido esto conmigo antes. ¡Si llevabamos casi doce años viviendo juntos!. Con una relación buena, ¿buena?. Ahora me suena absurdo.  ¿Como pudo permanecer callado mientras guardaba cada uno de esos Nos en su pequeña caja?. Me enconjí de hombros sin apenas poder respirar, me levante y me fui, otra vez con cara de tonta. Y me acordé entonces de la pregunta que te hice con 16 años.

-¿Cúantos NOS serías capaz de soportar?
- Todos los que existen. Te aseguro Isabel que dude  poder resistirlos. Pero ahora algunos meses despues. Se que esos Nos no son mios, no me pertencen. Ahora ya lo se. Yo viví mi historia de amor. La mía. Una historia llena de SI. Y en ella esos NOS no estan. Son los suyos. Mi amor con él y para él fue grande. Fue honesto. Fue libre. Fue profundo. Fui. Estuvo lleno de Si. Si a mis doce años con él. Si a mi amor.  Un Si grande y libre y sanador cuando pase algún tiempo. Porque así le ame. ¿Sabes porque le digo SI ahora?
-No
-¡Porque ya no estoy enamorada de él!



1 comentario:

  1. ...qué bonitos son los Sí...están llenos de música que alegra el espíritu...
    Sí a Isabel...Sí a Elisa...

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