sábado, 6 de octubre de 2012

YO QUIERO IRME CON NEO



 ¿Que puedes hacer una vez que  has visto el Matrix?

Ocurre de repente, una visión fulminante que se clava en la retina,  como un flas. La realidad aparece ante ti, absurda, sin sentido, acciones cotidianas hechas por que si, para ocupar horas, para consumir tiempo, para justificar una vida.

Esta mañana he llevado a mi hija al colegio. La he acompañado hasta la puerta, le he dado un beso y he visto como se alejaba. Entonces al girarme para marcharme todo ha cobrado una irrealidad alarmante. Los coches por la carretera, las gentes caminando con prisa,  todo un sin sentido, ¿porque hacemos todo lo que hacemos? ¿A donde van? ¿Para que? La guarda jurado del parking del circo, de pie como cada mañana saludando a los coches que entran, coches,  porque no puedo distinguir a las personas. Todos los días igual, ¿Que sentido tiene? Hemos inventado un sistema de entretenimiento constante. Acciones que ocupan la vida… ¡¿Dios mío, estaré siendo presa de una depresión?! Entonces me he cruzado con una mujer que llevaba una camiseta rosa fluorescente, ¡a las 9 de la mañana esa mujer llevaba una camisa rosa fluorescente! Era imposible no verla. Esa realidad ficticia se imponía ante mí, trataba de vencer. Los que dominan el mundo me han descubierto y tratan de advertirme que  eso no se piensa con  un recordatorio de color de rosa. Y  he comprendido que todo es una broma. Que hemos tenido que ir complicándolo todo para poder sobreponernos a la nada. Para no enfrentarnos a la realidad tranquila de la vida. Hemos tenido que inventar todo esto para justificarnos. Yo he caído en la prisa de cumplir un horario, en la angustia de no llegar a tiempo y le robo libertad a mi hija con ello y me la robo a mi. Tengo que dejar de tomarme esta realidad color de rosa tan en serio.

Es posible que tan solo tenga un día raro y  sea simple paranoia, pero cada vez me pasa con más frecuencia. Sobre todo en estos tiempos en los que tenemos que ser rescatados,  rescatados…. ¿de que? ¡Dinero! ¡Vaya!.  Tal vez sea principio de depresión. ¡Que horror! aun así cuando he llegado a casa sin ningún escepticismo he preguntado al techo: ¿Y la resistencia donde esta? Porque yo quiero irme con Nero.