lunes, 22 de febrero de 2016

ELISA. LAS VENTANAS.




Elisa quiere vender su casa de la playa.

No puedo evitar sonreír. Me encanta esa casa. No tiene nada que ver con la que será mi Casa en Malibu, pero aún así me gusta. Dice que no puede abrir la ventana. Eso puede parecer absurdo, o trivial, o ridículo. Pero si la conocierais, os daríais cuenta lo que importante que es.

-Me gusta ver amanecer- Me dice Elisa -Me levanto antes que el sol, y como hace frío no bajo a la playa. Miro por la ventana. Miro el sol saliendo del agua y acariciando mi casa. Abro la ventana y dejo que el viento entre en mi habitación. El viento siempre me habla de cosas, de esas cosas que tú y yo sabemos. Por eso es tan importante abrir la ventana. Hace dos días no puede, ni ayer tampoco, ni tampoco hoy. Se ha quedado encajada. Eso es una señal.

-¿Una señal de que?. Le pregunto.
-Cuando una cosa ya no cumple su función. ¿De hacer?
-Abrir otra ventana- Le contesto.
-Pero las demás no dan al mar. Es esa la que deja entrar la brisa y el viento... sin el viento... lo sabes-

Lo se. Claro que lo se. Cuando eramos niñas nos escapábamos al bosque. Sobre todo los días en los que soplaba el viento. Nos quedábamos sentadas en una enorme piedra. En silencio. Yo miraba al cielo, buscaba el espacio libre que dejaban las ramas de los arboles. Pero Elisa miraba al suelo.
-¡Mira! escucha como se mueven las ramas- Le gritaba yo.
-No. Escucha como suena el suelo- me contestaba ella.
-¿El suelo?-

Elisa decía que el viento le traía todas las pisadas que había sobre ese suelo. Y con las pisadas, las voces de los que iban dentro de esos zapatos. Y con las voces, las vidas de los que anduvieron antes por allí. Y con esas vidas, Elisa aprendía.

-No quiero una casa donde las ventanas se atasquen- Me dice.
-Sal por la puerta a la playa-
-No solo hay que poder salir sino que también hay que poder entrar-
-Elisa, entras y sales por la puerta-
-Isabel, se entra y se sale por las ventanas-

Y me callo. Si Elisa dice que se entra por una ventana, ahí hay un misterio. Mañana mismo lo haré por mía.

Elisa venderá su casa de la playa, seguramente después de llamar a un cerrajero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario