sábado, 30 de abril de 2011

YO, ISABEL

Con el paso del tiempo poco importará quien dijo que, o hizo que, lo importante será estar bien, y haber aprendido.

viernes, 29 de abril de 2011

ELISA

Elisa quiere que bajemos a la playa. Llueve y hace frío pero la sigo.

Que después de 12 años te dejen sin aviso, sin duda, es terrible.

 Es el acto de mayor crueldad que yo he vivido. Te dejan por otra persona. Tu relación se acaba fulminantemente sin darte cuenta y sin poder entender porque. Porque no te explican, te confunden con  exceso de palabras, todas de golpe, descolocadas. Vives el final de tu vida con él en la más absoluta inconsciencia mientras él se prepara para dar el salto y alejarse de ti.- Yo quisiera abrazar a mi pequeña Elisa, pero solo escucho, sin moverme por miedo a su silencio si lo hago- Entonces ves lo cobarde de ese eser. Ese ser con el que has vivido casi doce años, al que has amado, en el que confiabas plenamente, con el que habías realizado un proyecto de vida, y ahora te mira y te dice tranquilo que se va, y se va con otra. Y tú te quedas con cara de tonta, pensando que parece una secuencia de esas que alguna vez te he visto interpretar a ti Isabel. Y crees que es una broma que te están gastando. Ayer me decía que me quería, incuso hoy en la mañana lo hizo y ahora esta diciendo adiós, y aquí te quedas tú, con tu cara de tonta. ¿Cómo es posible? ¿Como podemos ser crueles y devastadores con la persona con la que hemos vivido casi doce años?... Y se ha vivido bien y feliz. ¿Porque? ¿Por qué arrasar una vida para empezar otra? ¿A dónde conducirá eso? ¿Porque el silencio del desamor? ¿Por que todo se hace a escondidas? ¿Porque no se respeta el amor que hubo y se habla con libertad y verdad? ¿Porque se predica una forma de vida y luego se vive mediocre y  se actúa mediocre? ¿Por qué nos escondemos en la patética frase de ”uno hace lo que puede”?  Las situaciones de crisis creo que son un momento importante para descubrir quien se es y donde se está realmente. No la imagen que tenemos de nosotros mismos sino la que hay, la que es. Es duro descubrir en que punto está esa persona y descubrir quien es mi amor ahora que ya  no soy yo su amor.  La sustitución ha sido rápida y eficaz, me quita a mí  y pone a  otra. ¿Como es posible? ¿Como se puede actuar con tanta decisión y certeza? ¿Como se puede pasar de un amor a otro tan velozmente? ¿Como se puede decir que la vida que había no era buena y repetir la misma con otra persona? Entonces era yo la que ya no servia, la que no le hacia feliz.  Hay que tener valor para expresar esto. -Elisa se calla, llueve mucho y tenemos frío pero no importa- Creo que hay que tener amor para decir esto. Acepto que no me quiere, pero entonces ¿porque fingir amor?, ¿porque decir amor?, ¿porque hacer el amor cuando estas pensando en irte y no solo, sino de la mano de otra? ¡Luego dicen de los tópicos! –Elisa se ríe y yo me siento aliviada, demasiados preguntas para mí que no tengo respuestas- Yo creía que compartía mi vida con un hombre distinto, honesto y valiente y sí, lo ha sido, lo ha sido consigo mismo, pero no conmigo, se ha respetado, pero no a mi, y ha sido valiente, se ha ido rápido y decido, seguro de lo que hacía,  pero a escondidas.  Tengo mucho dolor,  -me dice,  y  lloro yo y no ella-. No porque se vaya con otra sino por como la hecho y como lo hace cada día mostrándome lo bien que le va y lo mucho que se quieren. Ha arrasado mi nombre, me ha arrasado. Creo que  me tenía olvidada hace mucho tiempo aunque me hiciera el amor. Ahora es frío e indiferente conmigo después de compartir mucha vida. Tengo tanto dolor que se sale del cuerpo.  Tanta perplejidad ante esto que a veces me río. Tengo tanta decepción y siento tanta traición que no se que hacer con ella si no es vivirla. Te necesito -me dice, y yo la escucho, y no se que decirle porque la entiendo, pero no puedo imaginar lo que siente. Y la acuno y la beso, y la animo y le hago ver la nobleza de su alma,  la bondad y el respeto que ella muestra hacia todo y todos, incluido hacia  ese ser que a mis ojos es mediocre y pequeño.  Mediocre  porque habla con palabras elevadas, y cree poseer el misterio de la vida. Cree  saber como vivir bien. Alguien que callado y sinuoso, con palabras de amor estaba haciendo las maletas-.

Mi pequeña Elisa.  La veo grande por la bondad y el respeto que le muestra. Por la libertad con la que le trata. Por el amor que aun le pone a todos los actos que tiene en común con él. Y quiero reprochárselo pero no puedo sino admirarla, y saber que saldrá de esto, y saldrá más grande y hermosa de lo que yo la veo.

Elisa vuelve, Se había quedado callada, ahora no me mira, mira al mar. Ya no tengo tiempo para el. –Me dice- Ahora es mi tiempo. Tiempo de descubrir quien soy, tiempo de encontrar el perdón. Tiempo para Vivir y olvidar, y descubrir quien es en realidad el que tiene el misterio de la vida.  NADIE LO TIENE. El decía que tenía que cambiar de vida, que no era feliz. Bien, pero tan solo cambio de pareja,  yo si voy a cambiar de vida. Tal vez que agradecérselo.

Mi pequeña Elisa…. Mi pequeña Elisa


El maestro pinta una línea en la pared y les dice a sus discípulos.
Quiero que hagáis esta línea mas corta sin tocarla
Los discípulos le mirar sorprendido. ¿Cómo pueden acortarla sin tocarla?
El maestro les anima
Un discípulo se levanta, toma la tiza, y pinta al lado de la primera línea una segunda línea más  larga….

Elisa me mira y sonríe…

¿Lo hacemos?
Hace frío. Nuestra ropa se moja en la arena. El agua está helada y no puedo dejar de tiritar...


jueves, 28 de abril de 2011

YO, ISABEL


YO, ISABEL

La noche de San Juan recuperé a Elisa. Desde entonces muchas cosas nos han pasado a las dos. Podría decir que son desagradables, o difíciles, o duras, o tristes… Definirlas con palabras poco alentadoras. Las cosas de Elisa son unas, y las mías son otras. Son distintas pero a la vez las mismas. A partir de esa noche ha cambiado  mi vida, la he cambiado yo por obligación, por supervivencia, por respeto, por respeto por mí. Lo hice al reencontrarme con ella.

 He leído mucho en estos meses. He buscado ayuda para ella y para mí en las palabras de maestros lejanos y distantes en cultura y en tiempo. Y he encontrado siempre…

“¿Quieres ser nuevo?    Haz cosas nuevas”   Eric Rolf

Esta frase es una obviedad, ¿Verdad? Lo es, pero se nos olvida.  Tan solo son palabras recogidas por nuestro cerebro y archivadas en nuestro disco duro. Palabras con las que asentimos y decimos: -¡claro!-. Pero claro ¿Qué? Son palabras sin forma en nuestra vida, no se materializan. Frases que no concluyen en realidades.  Intentamos cambiar de vida, renovarnos, madurar, evolucionar, “encontrarnos a nosotros mismos” pero lo hacemos repitiéndonos, imitándonos  sin darnos cuenta…: Yo soy  esto, yo soy así, yo lo hubiera hecho…yo, yo, yo. Y  de esa manera, sin ser concientes, volverlos a donde estábamos. Al compartir con Elisa, al buscarla y buscarme con ella, me he topado con muchas obviedades  pegadas a mí. Bien colocadas, sabidas, si… pero dormidas.  Ahora ni leo, ni escucho, ni miro, ni toco,  ni comprendo con el habito de la costumbre. Intento hacerlo de otra manera… y es sorprendente  lo que ocurre. A veces me asusto, pero al mirar a Elisa y verla valiente, y sentir como me escucha, como se esfuerza por seguir  adelante de una manera nueva e “impertinente”, entonces yo también me siento valiente, yo también  improviso y me sorprendo. Al principio cuesta.  Cuando dudo y siento el miedo me repito:

“¿Quieres ser nuevo? Haz cosas nuevas… Y así lo hago.

Estoy empezando por cosas pequeñas y fáciles, o al menos eso parece ¡os lo aseguro! He estado en Asturias con mis amigos. ¡Gracias a mis amigos!.  Hemos comido mucho y bien, y hemos reído tanto. Yo nunca he probado los bigaros, me recuerdan a los caracoles  y me dan grima… no me he atrevido nunca a comerlos. Mis amigos me insistían…. –si te gustan las almejas, como no te van a gustar, pruébalos - Me parecía tonto pelearme por no probar uno de esos bichitos. Cerré lo ojos... y pensé en la frase… ¿quieres ser nuevo?..  Y lo hice, y efectivamente me gustan, o mejor dicho no me disgustan. ¿Por qué no los probé antes?  De ahora en adelante todo nuevo, no voy a dar nada por hecho. Quien sabe… seguro que voy a llevarme sorpresas muy agradables. No creo que vuelva a comer bigaros pero al menos ya sabré a que saben…


martes, 26 de abril de 2011

Elisa y yo

Conozco a Elisa de toda la vida. Cuando digo “de toda la vida” quiero decir exacta y literalmente eso. Elisa y yo nacimos el mismo día, a la misma hora y en el mismo hospital. Parece una extraña y curiosa casualidad, pero ese tipo de casualidades se producen constantemente en nuestra vida, y la mayoría de las veces nos pasan  desapercibidas.  Elisa y yo no somos iguales… la misma edad, el mismo lugar de nacimiento, la misma forma de vida. Hemos estado juntas casi todo el tiempo. Pero aún nos falta el casi.

Elisa y yo vivíamos en el mismo barrio. Íbamos al mismo colegio. Yo tengo dos hermanos y ella también. Muchas cosas en común que nos han mantenido juntas durante una parte de nuestra vida. Yo perdí a mi madre hace mucho tiempo y ella también.  Momentos duros que compartimos. Elisa decía que eran momentos impertinentes. A mi me gusta esa palabra “impertinente” -Son  como tu nariz, me decía, como los acantilados del norte que tanto nos gustan. Momentos que arrasan, momentos que te dejan suspendida en el aire, momentos que abren puertas y cierran ventanas. Elisa describió aquel hecho con hermosas metáforas que yo escribí. -Nos hemos quedados solas,  ahora soy yo la conexión con mi origen.- Y yo la entendía. Ese momento vital  en el que nuestras madres se fueron fue el principio de nuestras vidas de adultas, de “personas mayores”, como Elisa decía. Cada una de nosotras se expresó como pudo...Yo escribiendo y ella en silencio. Siempre ha sido más introvertida que yo .Yo hablaba, ella permanecía en silencio.  Era una silueta delgada que se quedaba muy quieta mientras me escuchaba, y después se daba media vuelta y comenzaba andar. A mí siempre me desconcertaba,  tenía la sensación de que me dejaba con la palabra en la boca y se iba, pero en realidad no era así. Yo siempre tenía palabras en la boca y si Elisa no se hubiera marchado, muchas veces creo, que aún seguiríamos en los mismos lugares y habríamos avanzado mucho menos. -Puedo escucharte mientras andamos, puedes hablar mientras caminas- Entonces yo  me callaba y la seguía. Lo que tu dices ya sirve para las para las dos. Y eso es exactamente lo que voy a hacer ahora. Voy a contar lo que pasa, porque como dice Elisa, servirá para mí, para ella... Son las cosas de Elisa.

Hacía doce años que no la veía. Nos separamos sin apenas darnos cuenta. Ella encontró un amor y discretamente, sin ser consciente, se fue alejando de mí. Yo encontré un amor, y discretamente me fui alejando de ella. No nos hemos echado de menos, no nos hemos acordado la una de la otra durante estos doce años. Desapareció de mi vida y de mi memoria como si nunca hubiera estado allí. Es algo curioso como una parte importante de nosotros puede, en un instante, desaparecer y quedar en el olvido.  Ausente hasta hace diez meses. Hace diez meses Elisa me buscó. Me encontró tan fácilmente como se perdió entonces. “Soy yo y te necesito”….  Tan solo cinco palabras son suficientes para regresar…

Doce años separadas. Doce años en los que las dos hemos sido muy felices. Ahora Elisa perdió a su amor. Su amor se fue.

Noche de san Juan. Yo estaba nerviosa, según mi ginecóloga, un naturopata y un osteopata  estresada, muy estresada.  En mi vida pasaban  muchas cosas… todo excitante y complicado. Mucha actividad…  Suena el teléfono. “¿Sigues hablando mucho? Su voz era la misma, la de siempre. ¿Y yo, soy la misma, la de siempre? No.