viernes, 9 de enero de 2015

UNO DE ESOS DÍAS.

Cuando se levantó aquella mañana, al principio, cuando observo salir el sol, y sacudió el pequeño árbol, ese que aún no era capaz de dejar caer el rocío, entonces, no se dio cuenta. Cerró la verja blanca al salir de casa y emprendió el camino cuesta abajo. Se preguntó porque siempre elegía esa opción si era el camino más largo. Se contestó inmediatamente, como si la respuesta se sintiera ofendida por la pregunta; simplemente porque es el más cómodo. Podía ver a cada uno de sus vecinos saliendo a la calle, al viejo sentado en el suelo cosiendo una red, al gran hombre rubio preparando los aparejos para salir a pescar, a los niños que corrían hacia la escuela…podía ver su imagen reflejada en cada cristal de cada tienda, podía ver todas y cada una de las cosas que cada mañana veía, y no se dio cuenta. Llego entonces al bosque. Tenía que atravesarlo y llegar al final, allí donde el lienzo se escondía. Ese lienzo limpio y vacío. El lienzo que le esperaba cada mañana. Pero no estaba. Recorrió la línea en la que debía estar suspendido, pero hoy solo era una línea imaginaria. No estaba. Y fue entonces cuando se dio cuenta de lo poco que importaba. Hoy desde la salida del sol nada le había importado. No había sentido nada. No sentía nada, ahora. Entonces se dio cuenta de que había perdido su corazón. Instintivamente se llevó la mano pecho y no encontró nada. ¿Cómo era posible? Ni siquiera ese descubrimiento le producía ninguna sensación. La nada, paz… ¿paz? Sensación de vacío. Volvió entonces sobre sus pasos. Ta vez, esta mañana, al sacudir el pequeño árbol no había sido rocío lo que habían dejado caer. Poco importaba, tarde o temprano, su corazón volvería. Hoy, solo eso… nada.
Seguramente se pondrá a llover.

domingo, 4 de enero de 2015

HOMBRES Y MUJERES

Cuando era una adolescente me sorprendía que todo se redujese a la cuestión de hombres y mujeres. Las chicas preocupadas por gustarles a los chicos y los chicos preocupados por gustarles a las chicas. Yo no. Lo presenciaba con asombro ¡Hay algo más! ¿Todo se reduce a esto? A mí me interesaba otra cosa: Como hacer realidad un sueño. Un sueño es la respuesta a una pregunta que aún no hemos aprendido a formular. Yo tenía esa respuesta y lo que me interesaba, lo que ocupaba mi tiempo, era formular la pregunta a la que mi respuesta correspondía. Sabía que al hacerlo… el sueño se haría realidad. Desde los 14 años el asunto de hombres y mujeres me ha asombrado y me ha cansado. Hubo un tiempo en que me sentí ambas cosas a la vez. Parece ser el centro de todo, me decía a misma. Hombres… mujeres…Necesitamos tener un espectador de primera fila para nuestra vida. Sino parece que es anónima y que no tiene interés. Desde los 14 he querido ser ese espectador de primera fila en mi propia vida. No necesitar la mirada ajena para sentir que Soy ¡siendo actriz, la cosa tiene gracia! ¿No? Me sigue cansando… hombres y mujeres emparejados la mayoría de las veces sin saber muy bien porque. He vivido en pareja y he sido feliz. Ahora no la tengo y la niña de 14 años que fui no se cansa de repetirme cada día, que la vida es algo más que ese lío de hombres y mujeres. La vida es cuestión de amor, y no siempre está relacionado con ese dúo. Tengo nuevas respuestas, y en este tiempo de grandeza ya no voy a buscar las preguntas para poder hacer realidad lo que sueño. Tengo que decirle a la niña de 14 años que he aprendido a hacerlo de otra manera. Una manera más simple, más rápida y sorprendentemente mágica.