sábado, 2 de enero de 2016

TAN SOLO ES UN TÚNEL

Y sin quererlo, y sin darte apenas cuenta, entras en el túnel. Nunca antes te habían asustado. Sabes que tan solo son un paso, el paso que hará posible sortear esta montaña. El camino más corto y directo para pasar de un lado al otro. Solo es eso, tan solo es un túnel. Pero es un lugar oscuro, y estrecho, y sus paredes solo reflejaban la nada. Monótono, silencioso, largo y tenue… Una larga hilera de luces rojas que forman una línea recta, como una flecha indicando el camino hacia la salida, pero no puedes ver la punta de esa la flecha. No ves la punta de la flecha, no ves la luz del otro lado, tan solo silencio y monotonía, y ese parpadeo en rojo que te hace dudar. El corazón se te pone triste y no encuentras la manera de hacerlo sonreír…. Pero serán apenas unos minutos. Silencio.
Es entonces cuando tienes que cerrar los ojos y confiar. Saber que solo es un tránsito, solo es eso, transito. Y en esa cálida oscuridad te conviertes en pura física cuántica, y experimentas en un mismo y único instante, el viaje de tu cuerpo en todas las infinitas posibilidades de movimiento. Te encamina en todas las direcciones posibles en las que tu cuerpo puede ir sin moverse del sitio. Y es lo más real que nunca has sentido. Esa convulsión te hace explotar al descubrir toda esa infinidad de realidades.
Sabes que cuando menos lo esperes, el túnel acabará y volverá la luz dejando atrás esta montaña.
Tan solo es un túnel que hace posible avanzar en todas las direcciones. Sin él tendríamos que subir la montaña para después bajarla. Pero hemos elegido el interior porque sea el camino más rápido sino porque es el que nos corresponde.
Suspira profundamente, se lo mucho que agradece estas palabras. Mañana, Elisa me comprará flores.