martes, 28 de febrero de 2012

EL MENSAJE GUARDADO



Elisa

Cuando era adolescente me abstraía con mucha facilidad. Isabel decía que vivía más allí que aquí, nunca he sabido que significa realmente esa frase: ¿Dónde es allí?

Desde la ventana de mi clase, en el instituto, podía verse un patio muy grande. Mi instituto tiene iglesia y campos de fútbol, y naves…. Es enorme. Desde mi ventana podía ver la pequeña iglesia. Supongo que ese paisaje era la puerta para ir “allí”. Yo capturaba un instante de mi vida en el presente y lo guardaba en una burbuja de tiempo  para el futuro, para mi futuro. Pensaba…. Cuando tenga 30 o 40  años y sea oportuno me recordare en este momento y sonreiré. Cuando sea mayor y dude, me viviré en este momento, y sabré que estoy, que sigo aquí, y que desde ese presente prometí cuidarme y acompañarme toda mi vida. Y así ha sido. Muchas veces he visto a mi adolescente mirándome serena y recordándome que estoy aquí porque ella estuvo allí. Es un juego excitante con el tiempo. Sigo haciéndolo. Los problemas han sido más grandes, las experiencias mas duras e intensas pero el juego es el mismo.  Elijo un momento concreto, lo guardo en mi, y lo lanzo al futuro para  que la mujer mayor que seré lo reciba y recuerde cuando lo necesite.

No se si es extraño lo que os cuento. Solo se que es una manera de acompañarse, de ser consciente de que cada segundo de nuestra vida es único y maravilloso. Que cada segundo que vivimos ahora puede ser el impulso que necesitamos años después. Os animo a hacerlo.







jueves, 9 de febrero de 2012

LO QUE NO SOY


ISABEL: ¿Por qué te asusta tanto vivir en la tristeza? ¿Por qué en cuanto la sientes, te levantas y te vas? ¿Por qué no sabes estar triste Elisa?

ELISA
Cuando éramos niñas yo siempre parecía una niña triste. Eras tú quien me hacía parecer  una niña más. Pero en el fondo sabemos que no era así. Yo siempre he parecido triste y melancólica,  y sin embargo al crecer la tristeza ha desaparecido… Cuando murió mi madre, y la tuya, cuando se fueron, se llevaron con ellas toda  mi tristeza.

No se las respuesta a tantas preguntas Isabel.  Es mi naturaleza. Los opuestos, son lo mismo…

ISABEL: ¿No será miedo?

ELISA
Tal vez. Estoy tan acostumbrada a ponerme de su lado… del lado del miedo que ya no le veo el rostro por llevarle a mi lado.  Yo voy, siempre voy, con miedo pero voy. He sido cobarde muy pocas veces en mi vida, eso hace que las recuerde perfectamente. No las olvido porque son  las únicas cosas de las que me arrepiento… aquellas cosas que no hice por miedo. Esas no se olvidan. Se han quedado, como instantáneas, grabadas en mi mente, en primer término. Cada vez que me asusto, las veo, y entonces voy…. He pasado tanto miedo en mi vida, pocas veces, pero tanto miedo… miedo de ese que se sale del cuerpo, ese miedo que te paraliza y te deshace la voz, he tenido tanto, que al final he terminado por perderlo.

Hay algo que no estoy haciendo Isabel,  a veces creo que debería, que es tan importante en mi vida que vale la pena pasar miedo o vergüenza,  sufrir lo que tenga que ser, pero arriesgar…. Es una de esas cosas que valen la pena, como para que uno se pierda… pero entonces tengo dudas. ¿No lo hago por orgullo, por miedo, por no querer fracasar? Y entonces te recuerdo a ti, mi actriz, y la respuesta es clara: NO. No lo hago por miedo, no lo hago porque se que no me corresponde a mi. No lo hago, porque se que debo respetar, no lo hago, porque se que le toca a la vida y a otro hacerlo. Entonces me sereno. Y me siento a descansar.  Venzo ese impulso de acción y entonces llega  la tristeza. Y yo no se vivir en la tristeza. Soy vitalista, soy alegre, vigorosa, es ahí donde me desenvuelvo libremente, en la pena y en la tristeza me ahogo, tal vez por eso no permanezco demasiado tiempo en ese lugar. No creo que sea miedo, creo que es mi propio ser… soy yo.

¿Recuerdas la historia del pequeño barquito? La inventaste tú, y a mi me gusto tanto que hice un dibujo para ti. ¿No lo recuerdas?

ISABEL: ¡No!

ELISA: Mañana te la cuento.