lunes, 16 de mayo de 2011

DESEO, ABSOLUTO DESEO


ISABEL
Escucha  esto Elisa… “No te preocupes por hacer realidad tus sueños… ocúpate de hacer realidad tu vida”

ELISA
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ISABEL
Busca un camino de arena…. Si, de arena.

Yo buscaré un camino de arena. Creo que es mejor que el polvo manche mis zapatos. Últimamente he caminado caminos de asfalto y al llegar, mis zapatos estaban tan limpios que  parecía que no hubiera caminado. El cuerpo si mantenía la información del esfuerzo, pero el paisaje apenas cambiaba, y mis zapatos permanecían limpios. Hoy voy a buscar un camino de arena. Me acuerdo de mi abuela. Algún día te contaré lo que me enseñó.

Seguramente habrá piedras, socavones, desniveles, pendientes… seguramente será un camino irregular el de arena. Habrá polvo, ensuciará no solo mis zapatos, ensuciará mis piernas, mi ropa, mi pelo. El paisaje variará en el verde, en el marrón, en el azul, los colores de la naturaleza. Si tengo suerte encontraré montañas. ¡Me gustan las montañas! Y me cansaré. Y tal vez me pierda porque en esos caminos no hay señales, solo posibilidades y opciones a elegir. Y caminaré a mi ritmo porque no habrá prisa por llegar a ninguna parte, y cuando lo haga, cuando llegue... descansaré para volver a caminar. Si buscaré un camino de arena Elisa…

ELISA
Siempre pensé que a los 44 años tendría muchas respuestas, y para mi asombro lo único que tengo son muchas preguntas…

ISABEL
¿Denso, no?  Luego me cuentas de Samuel… y de ti

ELISA
¿Por qué luego? ¡Ahora! Le echo de menos. ¡Cómo le echo de menos! Mi cuerpo le echa de menos.

Llevaba casi once meses sin pensar en el sexo. Para mí el sexo estaba unido al amor. A mi amor… al amor que se fue y  dejó a aturdido a mi cuerpo, perdido en su costumbre. Llevaba once meses  sin sentir mi cuerpo vivo, deseoso de amor o de caricias.  Las caricias pasadas, los besos y  el desamor estaban demasiado presentes. Todas las palabras desalentadoras sobre nuestro amor y nuestro sexo me abrazaban tan fuerte que  mi cuerpo era incapaz de reaccionar... No me fijaba en los hombres. No estaban en la misma realidad  que yo… sólo el recuerdo de mi amor, sus ojos, sus manos… su voz, su cuerpo…. ¡Voy a respirar!

Ahora, cada día está más lejos.  Siento que se pierde en el presente y que pasa a ser pasado, que ya no es mi amor, ya no es el que era mi amor, ni siquiera es el que se fue. Hoy aún no se como definirlo, ¿que nombre tendrá en mi vida Isabel? ¿Cómo le llamaré? No… no lo digas… (Elisa sabe perfectamente como  le llamaría yo)  La verdad es que no quiero definir nada… no quiero nombrar... seguramente sólo tendrá su  nombre propio…. Quizás… No lo se. ¡A la porra!   Ya no forma parte de mi cuerpo. Ya no me abrazan sus brazos ausentes, ni escucho sus susurros, ni siento sus besos ni sus caricias. ¡Hoy mi cuerpo es mío! Ya no está dentro, lo he tenido tan dentro que se ha perdido en mí. Espero que se que acomode y se quede ahí, como un recuerdo de algo maravilloso y feliz, un amor que fue grande para mí. Pero mi cuerpo ya no le añora, no le desea. Al contrario ¿sabes que sería incapaz de tocarle? Desde la noche de San Juan no he vuelto a tocarle, ni siquiera le he rozado ni he permitido que él lo haga. No le deseo, no le recuerdo dentro, no recuerdo sus caricias ni sus besos, ni sus manos. Mi cuerpo llama y desea a otro nombre, y puedo nombrarle… ¡y me siento bien y libre!

Samuel se ha impuesto vigoroso y firme ante ese desamor. Y echo de menos sus labios, y sus manos, y su cuerpo, y su risa….y le deseo. ¡Sí, no me mires con esa cara Isabel! Yo también estoy sorprendida de la rapidez con la que mi cuerpo se ha despertado y ha conectado con otro. Doce años haciendo el amor con la misma persona, y después de once meses, mi cuerpo desea lo nuevo, lo impredecible, lo desconcertante….

Samuel está lejos. Al principio me gustó que así fuera… pero ahora le deseo y no puedo tenerlo. Y aquí esta mi mente otra vez dirigiendo el asunto. Conseguí acallarla mientras hacíamos el amor. Solo mi sexo estuvo presente, sólo mi cuerpo. Por eso fue  fácil y amoroso el contacto con él. Ahora la mente quiere más y me inquieta y me mete prisa. Lucho con la sensación de deseo descontrolado, con la ansiedad de mi cuerpo.  Trato de imponer la belleza de la espera, el disfrute de lo vivido, y la realidad de lo que es. Y la mente me habla y dice -Estuvo bien, muy bien, más, más, más-. Y mi ser sonríe y le dice -sí, habrá más-. Llegará, pero mientras lo hace disfruto del placer de esperar… y lucho a través de la rendición ante lo que es Deseo, absoluto Deseo

Hace unos meses un amigo me acompañó a comprar un “juguetito”  pero el desamor y la tristeza no me animaron a usarlo. Ahora la presencia de ese hombre es tan fuerte que tampoco me anima…. ¡Gasto tonto!...de momento.  Prefiero esperar… esperar sus manos…. ¡Dios! Me callo. Como Carmen dice … juega… juega… y mi cuerpo respira feliz y  tranquilo mientras Samuel llega  hasta él… y jugamos…

2 comentarios:

  1. ...JUEGA!!!!...cualquier día ese "juguetito" será el preludio de sus manos en la distancia...
    "Si quieres ser un Ser nuevo, haz cosas nuevas"
    ...en cualquier momento vas a jugar con ese "juguetito" y después, compartirás ese juego con él...¡¡¡sí!!!¡¡¡a jugar!!!!

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  2. Estoy deseando leerte, querida Elisa.....en esta noche de miércoles me acuerdo de ti y sonrío por ti.

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