miércoles, 1 de enero de 2014

LAS DOCE UVAS

Son doce uvas, tan solo doce uvas y parece que todo comienza.

 A Elisa no le gustan las uvas, como no le gusta el vino. Cuando eramos niñas nuestras familias pasaban el fin de año juntas. Mi madre nos pelaba las uvas y les quitaba el hueso para que Elisa pudiera tomarlas. Nos sentábamos en el suelo delante de la tele, nos poníamos muy nerviosas y esperábamos a que mi madre nos diera la señal para empezar a comer. Yo solía terminar a tiempo pero Elisa no. -Con cada uva va un pensamiento Isabel, no te las tragues sin más- Procuro no hacerlo, procuro que cada uva lleve con ella una idea. -Esta noche la magia se pasea por la calle no te las tragues sin pensar Isabel- Elisa creía, cree, que la magia forma parte de la vida, y que esta en cada una de las cosas que nos pasan, o que nos rodean, y que aquellas personas que lo saben tienen el Don de la Facilidad. Yo lo intentaba, intentaba poner una idea en cada una de las uvas pero lo único que podía pensar era "Quiero ser feliz" tan solo eso.

Este año si he podido poner una idea en cada una de ellas. El tiempo corrió lentamente  y conseguí hacerlo. Elisa estaba sentada junto a mi, en el suelo. Cuando sonó la ultima campanada me miro sonriendo -¡No lo he conseguido, esta vez no he podido hacerlo!- -Yo si. Doce ideas, doce uvas- y al decirlo no he podido dejar de sonreír.

Pero lo que verdaderamente me importa es que quiero "Si" quiero un Si abierto, libre, y renovador, un Si sin miedo. O un "No" sincero, libre y valiente.

Esta mañana de Año Nuevo Elisa se ha  levantado conmigo. - Solo podía pensar en una cosa, anoche, solo podía pensar en una cosa- Ya lo se Elisa tan solo podías  pensar en terminar a tiempo. Elisa no ha sonreído, se ha limitado a decirme con una sorprendente cara de asombro: "Si".

Hoy es día 1 confiaba en haber dejado atrás la tristeza, pero se ha colado en el nuevo año. No me importa. Se que la vida tiene un plan y yo voy a decirle que Si.

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