lunes, 20 de junio de 2011

ELISA, EL OLOR DEL FUEGO

      
Nunca he sabido jugar al fútbol, no se manejar un balón con los pies… pero si se hacerlo con las manos. Cuando era pequeña jugaba al  balonmano. Soy zurda y absurdamente el entrenador me colocaba en el extremo izquierdo. No se porque, pero siempre pensé que debía estar en el otro extremo. Se manejar el balón con las manos… tengo fuerza y precisión. Soy rápida, la única pega que veo es que cuando llega el momento de lanzar dudo, me siento cobarde, y eso hace que el gol no llegue…

El campo estaba tranquilo. Durante unos meses la pelota ha estado en mis manos, jugando con el espacio, haciendo malabares para no caer… volando, trasladandose de un lugar a otro limpiamente con precisión, sin tocar el suelo…. Pero de repente la he perdido, ha salido disparada de mis manos…. Tengo que irme después vuelvo…. si

Elisa me llama

Elisa: Se acerca la  Noche de San Juan.  Entonces hará un año que te llame y regresé.

Isabel: Lo se.

Elisa: Hará un año que nos separamos. A veces siento que hace mucho de todo esto, es como si no hubiera existido, como si los doce años se hubieran quedado tan atrás que apenas puedo recordarlos. Otras en cambio, parece que fue ayer… que va a entrar por la puerta y volveremos a estar juntos…. Y eso no es posible. Para mi no es posible. Llega la Noche de San Juan y se echa encima de mí con todo su fuego y su simbología, con toda su magia. Siento el calor de las llamas, y la perdida de mi vida esfumándose con el humo… El eligió esa noche para que lo que no servía de su vida se quedara atrás, y era yo lo que había de quedarse atrás y sí, sentí en lo más profundo de mí el poder de esa magia, el poder de un final…

Isabel: Tenemos que celebrarlo.

Elisa: ¿Celebrarlo?

Isabel: Si. Tenemos que decirle un si grande a la vida, a tu nueva vida, a tu nuevo ser. Elisa tú eres para mi como un ave fénix,  eres la persona más fuerte que conozco, consigues recuperarte siempre de las malas experiencias como si fueran un regalo, como si fuera una suerte haberlas vivido. He compartido contigo los dos momentos más duros de tu vida y siempre te has levantado con una sonrisa y agradeciendo. Tenemos que celebrar esta Noche de San Juan. Saltaremos las hogueras y este año pedirás tú que se lleve lo viejo…¡¡¡ a ver que nos pasa!!!

Elisa: No me siento fuerte.  Estoy triste y extraña, y las experiencias que un día me sirven para  sentirme afortunada, excitada ante la incertidumbre de mi vida, ante el vértigo de lo que esta por venir, ante la absoluta libertad de la que disfruto, otras veces solo me traen  el miedo y  la duda y   la angustia…

Isabel; Si  pero lo hermoso es que lo dejas pasar y enseguida encuentras una razón para sonreír.

Elisa: Mi psicóloga dice que soy muy fuerte.  Ya lo he oído antes. Una buena estructura emocional. No recuerdo como se llama en psicología el prototipo al que pertenezco.

Isabel: ¿Tienes prototipo?

Elisa: ¡Si claro y tú!, soy del que aprende  de todo  y no se derrumba. A veces me siento cansada. Pero no puedo evitar ser así, es algo que está agarrado a mis tripas…

Isabel: Cuando éramos pequeñas apenas te quejabas, siempre comenzabas a caminar dejándome atrás, ¿recuerdas? Yo me enfada pero te seguía y entonces por tu impulso llegábamos a los lugares con los que soñábamos.

Elisa: No se que voy a hacer, me siento enfada y triste…

Isabel: Yo si. Este año saltaremos las hogueras, desafiaremos al fuego y haremos de esta Noche de San Juan una celebración de la libertad y del futuro, del amor por uno mismo y por la vida.

Elisa: Eso parece mío. Pero lo has dicho tú.

Isabel: He hecho trampa, no te he dado tiempo para  pensar.

Elisa: Te quiero.

Isabel:  Y yo.

Elisa: Te mando un foto... espero que te guste.... ¡El ave fénix ha vueltoooo!




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