jueves, 30 de mayo de 2013

ISABEL. YO YA NO SE.


Ojala yo estuviera también cerca del mar.

Anoche Elisa llamo. No paraba de hablar. Hablaba demasiado para ser ella, y tan solo pude contestar –“yo ya no se. Las cosas que funcionan para unos no lo hacen para otros"

Elisa dice que se ha cansado de hablar sobre como vivir, sobre como se deben afrontar las situaciones, sobre lo que es ser valiente o cobarde, sobre cual es la formula idónea para vivir plenamente... Dice que se ha cansado, y que ese cansancio no le permite sentir claro.- ¿porque las personas preguntamos tanto, Isabel? ¿Por qué preguntamos en vez de experimentar? Esas preguntas disculpan nuestros retrasos. Hasta yo lo hago, respondo en vez de experimentar-

Elisa es la persona más constante que conozco. Cuando cree en algo lo vivencia y lo defiende  vehementemente. Su discurso es conciso. Te escucha y cuando terminas tan solo dice -¡hazlo!- Y esa palabra se te clava como un aguijón que escuece y pica y duele y  pesa.
Hazlo.

¿Conoces esa sensación de saber algo con toda certeza aunque la realidad te demuestre lo contrario? ¿Saber que algo es como no parece? Yo siento certezas que no tienen realidades y me abruma y  me ponen triste, porque no se como explicármelo, tan solo lo siento. Creer lo contrario de lo que los hechos te muestran como real es la cosa más inquietante que existe porque te hace dudar de ti.

Y yo solo pude contestarle…. Yo ya no se. ¡Hay que jorobarse!



No hay comentarios:

Publicar un comentario